El perfume del alma
por josé Gil
Esa tarde me dirigí a aquella perfumería para comprar algunos regalos. Estaba acostumbrado al trato cordial aunque distante de aquella cultura, por lo que me llevaría una sorpresa. Llevaba puesto un suéter con la inscripción “Amo NY”, regalo de mi hijo que me había ayudado a combatir el frio de finales de invierno. Apenas entré a la perfumería la empleada me dirigió unas palabras en holandés, de las que nada entendí. Entonces, sonriendo, habló en inglés: “ya sabía que usted no era de por aquí, pues su rostro refleja radiante alegría, mientras nosotros siempre entramos así” y puso gesto de enojo. En realidad lograr que me ría no requiere un gran esfuerzo, pero aquel comentario de la vendedora logró por varios segundos que ella, los dos amigos que me acompañaban y yo formáramos un cuarteto de risa que no pasó desapercibido a otras personas en la tienda. Había escogido esa perfumería porque tenía todas las fragancias que me gustan, incluso las que escapaban de mi presupuesto. Me gusta escoger diferentes muestras, verter un poco en los cartoncitos de prueba y, si consigo alguna que me guste, aprovechar para perfumar mis manos. Ese día pensaba comprar varios, así que aprovecharía oler diferentes fragancias y, no lo dudes, rociarme un poco del que mejor me pareciera. Sin embargo, el comentario de la empleada movió mi pensamiento de los perfumes que buscaba al que llevaba en el alma. Desconozco que observó o percibió, pero más tarde, de regreso a la residencia, recordaría un pasaje de mi vieja biblia en el que me gusta pensar está la respuesta. “Un corazón contento hermosea el rostro” (Proverbios 15:13). Déjame aclararte algo, se refiere a una hermosura en el sentido de frescura, lozanía, vigor, no en el sentido de competir para un concurso de belleza con retoques tipo Photoshop o certámenes de caras para un comercial de TV. Agradecí a Dios por aquella vivencia, recordando que un fiel amigo del camino de la vida ha sido el contentamiento. ¿Sabías que la ciencia moderna sugiere que unos minutos de risa, genuinamente expresada por contentamiento, mejoran la salud e imagen personal? Si el estado de ánimo del alma emitiera un perfume, en una escala del 1 al 10, donde 1 es un delicioso aroma francés y 10 es algo cercano al ajenjo ¿Qué número sería el nuestro? La escritura no sugiere que yo deba ir por allí con mis encías frías por estar sonriendo todo el tiempo, sencillamente nos recuerda que si el lugar del ser en el que se originan las emociones fluye contentamiento, mostrará algo hermoso y notorio incluso a quienes nos rodean. Por el contrario, almas gruñonas y quejonas abundan, en especial cuando las sociedades padecen problemas y carencias que atrapan y amargan a quienes solo tienen visión para lo material en la vida. He notado que se ha vuelto común la expresión “nube negra” para referirse a personas de las que solo brota pesimismo y malestares. Por otro lado, hay quienes intentan perfumar su alma con perfumes baratos de euforias pasajeras que se esfuman tan rápidamente como las fragancias de mala calidad. Otros tratan vanamente de usar la religiosidad para embellecer la vida, que agrega olores a rigor y ritual pero no contentamiento. ¿Cómo impregnar al alma del perfume del contentamiento? Con pensamientos y lecturas de bienestar intelecto-espiritual, meditando, orando, incluso cantando, todo ello abona nuestra vida con un sentimiento de agradecimiento. Estoy convencido que contentamiento y agradecimiento van inseparablemente tomados de la mano. ¿Has percibido el perfume de un alma contenta? Con toda seguridad procede de alguien agradecido. En este día quiero animarte a pensar que tienes un perfume de emociones que brotan de tu alma y no pasa desapercibido para quienes están en tu entorno. Contentamiento, ese estado emocional del alma que confía y disfruta la vida. Pon a un grupo de niños a jugar en la playa o la piscina, o patear unas pelotas de futbol con su papá en la montaña ¿Los puedes oír? ¿Sabes cómo están? Si, exactamente…contentos. Es mi deseo y oración tener un corazón contento, y que la fuente de ese contentamiento sea todo lo bueno, lo que hace que nuestra alma crezca y avance en nuestro peregrinaje por esta existencia. Eso producirá una belleza que ninguna aplicación digital ni producto de belleza podrá lograr. Feliz día.
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