“Libres en el encierro” es mucho más que una obra literaria que describe experiencias del sistema carcelario argentino. Va más allá de ser una vía de comunicación con el mundo exterior para aquellas personas que están en las “cárceles”. En contacto con diarioepoca.com su autora Viviana Ethel Ramovecchi explica mayores detalles de su trabajo que será presentado hoy a las 19 en la Biblioteca Popular de Corrientes.
http://diarioepoca.com/28454/viviana-e-ramovecchi-en-el-sistema-carcelario-fallamos-mucho/
Respaldado por la Constitución Nacional el sistema carcelario argentino debería proponerse como un espacio “seguro y no para castigo de los reos detenidos en ellas”, así lo detalla el artículo 18 Constitución Nacional Argentina. Pero quizás la realidad hoy, se aleja de estos principios rectores y constitucionales.
Aún así, Viviana optó por este ámbito de acción. Ella es esposa, madre, abuela y de profesión socioterapeútico y de calle. Directora de Ministerio E. Carcelario “Abriendo Grillos”, cuenta con una vasta trayectoria luego de haber trabajado en centros de rehabilitación drogadependientes y haber recorrido varios contextos de encierro de Argentina y países limítrofes. Hoy su libro “Libres en el encierro” será presentado en la Biblioteca Popular de Corrientes, por calle Pellegrini 1.359 a las 19 hs.
Con casi 20 años de haber recorrido cárceles del país, Viviana tomó la decisión de escribir y plasmar sus experiencias en un recurso que pueda compartirse. En contacto condiarioepoca.com – minutos antes de ir hacia el Instituto Pelletier de Corrientes – Viviana explicó detalles de su trabajo y adelanta que “ya trabaja en otro libro que incluirá también poesías escritas por personas de las cárceles”.
¿El trabajo que realizas de que se trata?
La idea comienza hace varios años en mis primeras visitas a las cárceles argentinas, ahora mi idea fue plasmar esa idea en un libro y me puse a escribir. Son experiencias de hombre y mujeres que están en las cárceles del país y que me cuentan las experiencias de vida de cada uno y que va más allá de su ámbito de encierro. Tiene que ver con sus familias, con lo que ellos quieren saber del mundo exterior y muchas otras cuestiones más.
Utilizamos la poesía como medio para canalizar todo aquellos sentimientos que le genera el encierro a esas personas. Y el recorrer las cárceles del país comenzó este año, ya recorrimos Salta, Jujuy y ahora estamos aquí en Corrientes hasta el viernes.
¿Por qué elegiste hacerlo?
De joven incursioné en las drogas y en alcohol y tuve mucho contacto con las personas marginadas. Y cuando tenía 26 años quise cambiar la historia. Me había casado y me acerqué a una iglesia donde muchas personas me ayudaron a salir adelante y pase a involucrarme con la labor que realizaba el pastor y que justamente era visitar las cárceles.
Pase varios años leyendo, investigando para saber de que se trataba todo esto y después de una década de aprendizaje empecé a ir a las cárceles directamente.
¿Cómo ves el sistema carcelario argentino?
Cada experiencia es diferente. He tenido la oportunidad de recorrer cárceles de países limítrofes y en nuestro sistema carcelario penitenciario “fallamos mucho”. Nos falta muchas herramientas, recursos para dar ese paso del encierro a la libertad. El resultado de pasar por una cárcel se ve afuera.
¿Cómo lográs romper con los conceptos e ideas de “todos los que están en la cárcel son malos”?
Somos humanos ante todo. Y han fallado en su caminar como a todos nosotros nos puede pasar. Aquí influye el contexto, la familia, la cultura, la herencia que se pueda tener de ella. Por ejemplo si han sido los padres quienes cometieron ilícitos también los hijos podrían hacerlo.
“Es una ciudad dentro de una ciudad”. Donde hay necesidades como en todos lados. No son todos malos, siempre hay un motivo detrás de cada acción. Trabajo sobre ello y sobre la autoestima. Transmito fe, es algo importante para ellos, porque es bueno mostrarles que puede ser posible el cambio.
La experiencia de invitarlos a hablar, de hacer una poesía. ¿Cómo es?
Es muy buena, colaboran mucho y son pocos quienes se niegan. Todo lo contrario, saben que soy como un puente con el contexto y ellos buscan poder saber lo que pasa afuera. Salen charlas comunes de saber por ejemplo, cuanto esta el colectivo, cual es el ultimo celular o electrodoméstico que sale. Cuanto esta el kilo de pan entre otros.
Alguna anécdota que quieras comentar y que se destaca.
Son muchas. Soy madrina por ejemplo de hijos /as. Madrina de casamiento cuando salieron de la cárcel y dentro de ella también. Dentro del libro que presento hoy, hay textos firmados por un interno. Lo nombre “El Amanuense” porque él respondía las cartas de otros internos que no sabían ni leer ni escribir.
¿En qué estás trabajando ahora?
Trabajo en un libro que me entusiasma mucho que es sobre la historia del preso más antiguo de la Argentina y que es Aníbal González Igonet, “El Loco del Martillo” que pasó 43 años de su vida en la cárcel y que ya falleció.
¿Qué papel cumple tu familia en todo esto?
Es fundamental, sumamente importante. Ellos están acostumbrados a esto, porque siempre han estado en contacto permanente. También por mi forma de hablar. Ellos me han ayudado en hacer regalitos para los chicos en las cárceles, participaron de obras de teatro y con bandas de música.
¿Qué opinión te merece conceptos como: “linchamientos”, “motochorros”?
No tenemos derecho a golpear, ni a lastimar, ni matar a nadie. A mí me han enseñado principios como “no robarás, no matarás” entre otros. Y por ejemplo en el tema de los linchamientos no nos conviene como sociedad. Porque estamos generando más violencia como lo hacen ellos.
Dejamos una mala imagen a nuestros hijos y vamos formando una cadena que resultará imparable en algún momento. Debemos ser moderados con las nuevas modalidades y compete a la sociedad en sí, porque existe la inseguridad, pero no debemos hacerla estallar como globo, porque nuestras palabras tienen mucho poder y cuando más hablamos de eso, más vamos a generarla también.
Sobre Viviana Ethel Ramovecchi
Está casada y vive en La Matanza (provincia de Buenos Aires), próxima a cumplir 54 años.
Iván – el fotógrafo que la acompaña en el viaje – es uno de sus 7 hijos. También es abuela de 3 hermosos pequeños. Reconoce en su familia un fundamental apoyo y acompañamiento para poder llevar adelante esta acción de visitar cárceles.
No hay comentarios:
Publicar un comentario