Elaine Martins Alabando en el Presidio

lunes, 29 de octubre de 2012

Venezuela necesita 25 cárceles para descongestionar el sistema penitenciario

Cárcel de Santa Ana | Foto: Eleonora Delgado

En los últimos 14 años se construyeron 3 centros de reclusión con capacidad para 2.700 presos

Para descongestionar el sistema penitenciario venezolano sería necesario que se construyeran 25 cárceles, por lo menos, que alberguen a los más de 30.000 reos que están en condiciones de hacinamiento en los 32 penales que quedaron, después de que fueron clausurados el Internado Judicial de Coro y La Planta, en Caracas.

Las proyecciones son del abogado penalista Luis Izquiel, quien aseguró que Venezuela sólo contaba con 14.500 plazas para presos, pero si se restan las 700 que tenía entre la cárcel de Coro y La Planta, sólo quedaría espacio para encarcelar a 13.800.

En 2008, el entonces viceministro de Relaciones Interiores y Justicia, Tareck el Aissami, prometió la construcción de 25 cárceles, como parte del Plan de Humanización del Sistema Penitenciario, que se edificarían entre 2006 y 2011, pero no hizo ninguna.

De acuerdo con cifras del Ministerio de Servicios Penitenciarios, actualizadas en marzo pasado, en el país hay una población penal de 45.224 personas, aproximadamente, lo que quiere decir que el hacinamiento es de 227,7%.

Inauditable. Después del conflicto en Rodeo I y II en 2011, cuando se fugó una cantidad nunca precisada de reclusos, quedó en evidencia el descontrol que hay en las cárceles del país, pues al final nunca se especificó cuántos fueron trasladados y cuántos se escaparon.

Luego, en mayo de 2012, una supuesta fuga masiva en el Centro de Reeducación Artesanal de El Paraíso, mejor conocido como La Planta, propició un conflicto, cuando la ministra de Servicios Penitenciarios decidió que el penal debía cerrarse. Jamás se supo en realidad cuántos reos lograron salir del penal por la puerta principal con complicidad interna.

Carlos Nieto Palma, director de la ONG Una Ventana a la Libertad, recordó que cuando se hizo la implosión del Retén de Catia, el 16 de marzo de 1997, desde 15 días antes los presos y sus familiares ya sabían a que centro serían enviados.

"Cuando el Retén de Catia no hubo improvisaciones. Todo se hizo con un plan controlado, el traslado, la inauguración de las cárceles de Yare II y Rodeo II.

Todo fue muy bien planificado; no como ahora, que la ministra Varela hace las cosas a lo loco", dijo Palma.

Indicó que para el Gobierno la prioridad debería ser construir cárceles en los estados donde no hay: Amazonas, Vargas, Cojedes y Delta Amacuro, pues los detenidos son mantenidos en las comisarías de las policías estadales o municipales.

Las promesas. En los últimos 14 años el Gobierno ha construido 3 cárceles: Ciudad Penitenciaria de Coro, Yare III y Rodeo III, que jamás fue formalmente inaugurada, pues para esa edificación fueron trasladados algunos de los reos que salieron de Rodeo I y II, después del conflicto de 2011. Entre las 3 instalaciones se abrieron 2.700 plazas.

Los demás centros penitenciarios del país tienen entre 15 y 65 años de construcción y, con excepción de Rodeo I y II y Tocuyito que fueron remodeladas, la realidad es que todas se encuentran deterioradas por hacinamiento y los constantes hechos de violencia que allí ocurren.

En mayo, después de que terminó el conflicto en La Planta, el presidente Hugo Chávez anunció que construirían 8 cárceles, para lo cual asignó 1,49 millardos de bolívares al despacho de Iris Varela y otros 164,7 millones de dólares para la instalación de 40 módulos de comunicaciones locales en los internados judiciales y centros penitenciarios y de formación integral.

En agosto de 2010, el Ejecutivo destinó al Ministerio de Relaciones Interiores y Justicia 605 millones de bolívares para financiar los gastos del Plan Humanización del Sistema Penitenciario, de los cuales 348 millones de bolívares serían invertidos para mantenimiento y control del sistema, y otros 200 millones para concluir nuevos centros, uno en Carabobo y otro en Lara, que aún no han sido terminados y cuyas obras se encuentran paralizadas.
Mano de obra calificada. El arquitecto venezolano Carlos Tulio Sierra, encargado del diseño y construcción del Mansfield Correctional Institution, en Ohio, Estados Unidos, cuya edificación comenzó en 1984 y terminó en 1990, pone a la orden del Gobierno toda su experiencia y conocimientos para desarrollar proyectos penitenciarios en el país.

"Lo primero que se necesita es dejar claro quién manda en las cárceles, porque se puede tener el mejor diseño, la mejor estructura, pero ¿qué es eso de que los presos aquí hasta se montan en los techos y hacen lo que les da la gana? La construcción de correccionales es parte de un programa que va desde la estructura hasta el desarrollo y la sustentabilidad del centro como tal", dice.

La penitenciaría que diseñó tiene capacidad para 3.500 reos y en la actualidad hay 2.554, y el récord de fugas es 0.

"Venezuela tiene condiciones climáticas privilegiadas para construir correccionales porque se puede aprovechar la iluminación natural. Estructuras se pueden hacer muchas y materiales hay millones, pero hacer cárceles no es sólo levantar muros. Eso lleva tiempo, a menos que sólo quieran construir galpones y que los presos sigan en las condiciones que están, sin clasificación y en completa anarquía. Pongo mis conocimientos a disposición de la ministra Iris Varela, para cuando ella quiera recibirme", expresó el especialista.

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