Repudiamos, denunciamos y así mismo responsabilizamos al INPEC por la muerte del recluso fallecido lo cual es un claro reflejo de la grave situación que están atravesando las cárceles colombianas. Este fatídico acto no es un hecho aislado sino que por el contrario evidencia la crisis de todo el sistema penitenciario en su conjunto el cual requiere reformas estructurales que salvaguarden los derechos fundamentales de todas y todos los internos.
Queremos recordar que en la cárcel de Doña Juana se adelanta una huelga de hambre y una desobediencia pacífica desde hace ya mas de 15 días sin que las peticiones de los internos sean escuchadas. Estos actos de negligencia y abandono por parte del Estado hacia la población reclusa es una violación a los derechos de los prisioneros a los cuales no se les respeta ni la vida misma.
No es el primer prisionero que ha fallecido dentro de las cárceles del país a raíz de la negligencia y los atropellos por parte de Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario de Colombia. Igualmente sobre la entidad CAPRECOM, encargada de la salud de los reclusos del país, recaen miles de denuncias y tutelas que descansan en los archivos institucionales del país sin que tengan respuesta alguna.
¿Cuántos muertos más tenemos que contar para que nos escuchen?
No hay comentarios:
Publicar un comentario