El padre del penitenciarismo contemporáneo, abogado y educador Elio Gómez Grillo, de 86 años, considera que la mejor solución para arreglar el sistema penitenciario venezolano es abolir la cárcel.
El experto en criminología, autor de 15 libros sobre la materia, recorrió cuatro continentes para estudiar los modelos carcelarios en todo el orbe.
Gómez Grillo, desde su residencia en Miranda, ofreció una entrevista a PANORAMA y analizó, con una visión humanista y filosófica, el problema carcelario venezolano, la inseguridad y el secuestro.
—¿Qué debe hacer el Estado para resolver el problema carcelario?
— Hay una perversión carcelaria, que data de años, entonces el proceso de reacomodación es lento. Los presos son terrícolas, seres de este planeta, que tienen las mismas ambiciones e intenciones de todos. Hay que ofrecerles lo que quieren.
Lo primero que hay que hacer es agruparlos, la clasificación tiene que ver, inicialmente, si es primario o reincidente, de modo que en esto hay un barranco de diferencia. La clasificación debe ser de acuerdo con sus antecedentes, su profesión, edad y salud.
Después deben alimentarnos lo suficiente, darles trabajo y, sino conocen algún oficio, enseñárselo, luego viene el estudio. Los presos del mundo entero son jóvenes varones, ellos, en su inmensa mayoría, tienen estudios elementales o no tienen estudio, hay muchos que son analfabetas. Y finalmente, hay que darles recreación. Esta es la cartilla elemental de un privado de libertad, además de darle condiciones dignas de vida, que puedan dormir humanamente.
— ¿Cómo explica que algunos reclusos, intramuros, planifiquen secuestros, extorsiones, sicariatos?
— Eso de que se practican secuestros, se planifiquen asesinatos, robos, forma parte de la inmensa perversión que ha llevado a nuestras cárceles la corrupción.
Las cárceles son su personal y, lamentablemente, ese personal no ha sido elegido debidamente. Hace 20 años, en 1992, fundamos el Instituto Universitario Nacional de Estudios Penitenciarios (Iunep) y éste no ha sido tomado en cuenta.
En los mejores penales europeos, y he pateado cárceles en cuatro continentes, la figura que dirige la cárcel, es un educador, porque el penitenciarismo es educación. En los 20 años que tiene el Iunep ha graduado 25 promociones y, esto constituía más de mil egresados, en cuatro especialidades. De los mil y tantos graduados solo han trabajado más de 20.
— Pero ahora este instituto va a formar parte de la Universidad Experimental de la Seguridad (Unes)
—No ha habido en toda la historia de la educación venezolana un instituto tan hostilizado, tan perseguido, tan agredido, como éste. Ya el solo nombre de Universidad de Seguridad invalida lo de los penitenciaristas, estos no están para buscar seguridad, eso lo busca el represor, con todo el respeto al militar, al guardia, al policía, pero el penitenciarista busca es reeducación. Entonces ya incorporar el Iunep a la Unes es un despropósito, es un atentado penitenciario.
— ¿Cómo evalúa el desempeño del Ministerio de Asuntos Penitenciarios?
—Yo no quiero hablar de eso, porque ellos apenas están empezando, hay que esperar que funcionen, no quiero juzgarlos. Las estadísticas universales confirman que las cárceles no mejoran a nadie, que la cárcel hace salir peor a quien pasa por ella, la cárcel ha fracasado, yo quiero que las cárceles estén bien cerradas, bien seguras, pero con los presos afuera.
— Digamos entonces que no estaría de acuerdo con la construcción de ocho nuevos centros penitenciarios
—Más centros en la situación que estamos, corruptos, convertidos en antros armados, donde hay muertes, vicios, por supuesto que no. Primero, debe hacerse una revisión, un estudio, apartando toda política, yo vi maravillas en las cárceles socialistas y eran como una especie de trabajadores, tienen aguinaldos, contactos con familiares, en Yugoslavia, Belgrado, era admirable una fábrica de rines de vehículos y toda el país se surtía de lo que hacían esos penados.
— Ahora bien, sabemos que la realidad del país es distinta. ¿Cómo se puede mejorar en las condiciones actuales?
—Insisto en lo mismo que traten de reconstruir lo destruido, yo estaba proponiendo que el local donde funcionaba La Planta que se dé una remodelación. El Iunep funciona al lado de La Planta, entonces yo estaba sugiriendo a gente vinculada al penitenciarismo que remodelando todo aquello convirtieran el instituto en una gran universidad de estudios penitenciarios, que fuese modelo en América y en buena parte del mundo.
— ¿Ha prosperado su propuesta?
— Yo no tengo poder político y los penitenciaristas lo han presentado a los consejos comunales y ha sido recibido con bastante aceptación. Hay que aprovechar ese espacio, rehacerlo, con aulas, bibliotecas, una gran atracción, con personal con criterio científico, desprovisto de todo barniz político.
— ¿Qué debe hacer el Estado venezolano con los pranes?
—Ellos son consecuencia de la corrupción, del dinero que entra del tráfico que hay con personal corrupto, militares que dan las armas, con custodios que proporcionan las drogas, claro no todos son iguales, también hay gente honesta.
— Recientemente la ministra Iris Varela habló de la eliminación de la pernota y de borrar los antecedentes penales de los privados de libertad
— No quiero juzgarla a ella, yo apoyo la pernota bien organizada, sin aguardiente, sin prostitutas, sin drogas, el contacto con la familia es fundamental para el cautivo, pero hay que hacerlo de forma sana. Lo más importante para un preso es la familia, más que el dinero, más que el sexo, más que las drogas, más que las armas, más que todo. La pernota debería hacerse bien organizada, no con el desastre de ahora.
Hay que ir acabando con las cárceles que han fracasado ruidosamente. Las cárceles nuestras son, prácticamente, cuarteles donde hay una guerra civil, donde cada pabellón es una trinchera y cada preso es un francotirador, nuestras cárceles son centros cuartelarios donde hay una disputa armada.
— ¿Cómo es la situación de violencia en los penales venezolanos?
— En Latinoamérica hay más de un millón de presos y la cifra que recibo es que de los 45 mil presos que hay en Venezuela se matan 500 al año, la violencia intracarcelaria es sencillamente espantosa, la más alta de América Latina y entre las más altas del mundo.
— Otro tema que preocupa es la inseguridad. Según el Ministerio de Interior y Justicia la tasa de homicidios en Venezuela se ubica en 48 por cada cien mil habitantes
— En Venezuela hasta después de mediados del siglo pasado, en los 70, el coeficiente promedial específico de homicidios, que es el delito más representativo, por cada cien mil habitantes era de 8.
Después del Caracazo, en el año 89, subió a 19 y actualmente está llegando a 64, es la cifra más elevada en América Latina, después de El Salvador y es una de las más elevadas del mundo.
Esa inseguridad que se ha manifestado en Venezuela secularmente ha sido producto de la disgregación familiar, que hace que nazcan hijos de padres volanderos, es decir, de romances.
La prueba está es que en las cárceles los visitantes son todas mujeres, los presos son hijos huérfanos de padres vivos, la fuente de la delincuencia está en la infancia abandonada.
Cada día hay más libertad sexual y hay más facilidad para procrear, esos niños que nacen de uniones fugaces no tienen hogar, porque no hay padres y la madre tiene amantes diferentes, esos padrastros si tienen hijastros varones los maltratan y si son hembras las violan, hay una situación terrible, se trata de niños sin hogar, sin oficio, sin escuela y eso se ha agravado con la presencia de las drogas.
En Venezuela el proceso de la inseguridad ha sido así: después de la caída de Pérez Jiménez, en la década del 60, se institucionalizó el robo a mano armada, en la década del 70 se institucionalizó los robos a bancos, en los 80 aparece la droga, en los 90 empieza a manifestarse el secuestro y en la primera década de este siglo se presentó el sicariato, que es la matanza pagada y ahora, en la década que estamos viviendo, se piensa, quizás, en el terrorismo, todo esto quiere decir que cada década ha sido marcada por un delito.
La presencia de la droga es constante en casi todos, se mata por la competencia en la venta, se mata por ajustes de cuentas y a eso se añade la posesión de armas. Ahora las armas son de alta potencia, hasta ametralladoras y granadas. Se calcula que pasan de 10 o 15 millones de armas en la calle y hay una gran impunidad, ósea por cada 100 crímenes se castigan 10 y los delitos menores, como hurto o robo, se castiga menos.
—También está el problema de la corrupción policial
— A esto se agrega una policía que, evidentemente es precaria, que tiende a la corrupción, a la discapacidad para solventar el problema, eso lleva a la sensación de inseguridad, es un mal que azota a todo el país.
— ¿Cómo analiza el delito de sicariato?
— El sicariato es de herencia colombiana, la forma de atacarlo es con eficiencia policial, tenemos, lamentablemente, la frontera con muchos problemas. El Gobierno tiene que combatir con policías entrenados y eso le corresponde a la criminalística. Las policías deben tecnificarse más.
—El Ejecutivo Nacional anunció el Plan A Toda Vida Venezuela ¿Cómo lo evalúa?
—No quiero politizar el tema, prefiero hablar del Estado venezolano, no de los gobiernos. Cada gobierno tiene una política diferente.
— Está sobre el tapete la reforma al CódigoOrgánico Procesal Penal
— La tendencia actual del mundo es a sustituir la pena privativa de libertad, por pena alternativa a la privación de libertad. En Suecia, Noruega y Dinamarca hay 16 mil reos y solo están presos 2 mil, existe la medida a la privación de libertad, existe el trabajo comunitario, eso funciona.
— Sin embargo, aquí en Maracaibo hay un centro comunitario llamado La Quinta donde algunos reclusos, en vez de salir a trabajar, salen a delinquir
— La ley prevé que cuando se ha cumplido la cuarta parte de la pena, le merece un régimen destacamentario, cuando cumple la tercera parte de la pena le sale el régimen abierto, cuando cumplen las dos terceras partes le sale la libertad condicional y, hoy en día, aparte del trabajo comunitario, a una persona se le impone la casa por prisión.
— Sin embargo, insisto se han conocido casos de hombres que reciben dichos beneficios y salen a delinquir
—No son soluciones definitivas, pero tómese en cuenta que con la ley de sometimiento de juicio y suspensión condicional de la pena, que se elaboró en el año 70, hemos salvado de la cárcel a más de 30 mil personas, eso depende del tratamiento que se le dé. Naturalmente, eso depende de la escogencia del candidato, hay sujetos que son reincidentes naturales. Está comprobado que la reincidiencia no llega al 3%, lo que pasa es que se conocen los casos que causan escándalo.
Ese artículo 272 de la Constitución, aprobado y aclamado de pie en la plenaria de la Asamblea Nacional, el 9 de diciembre de 1999, que trata del sistema carcelario, ese artículo ha sido letra muerta, no lo han aplicado en absolutamente nada.
Un alto funcionario penitenciario dijo algo que me dolió mucho, declaró que la descentralización de las cárceles era capitalismo, cuando esas mismas personas aplaudieron ese artículo de pie. Ellos dijeron algo que me sintió, que el artículo fue defendido por mentes miserables.
—¿Cómo analiza el secuestro? Se conocen pocas cifras oficiales.
— La cifra negra es mayor, muchos secuestrados son amenazados, pagan y se quedan callados. Este delito es el más grave de todos, el homicidio es muy grave, pero el secuestro es casi una muerte lenta. Tener a un hombre, amarrado, amordazado, tener a un hombre días o meses y a su familia que no sabe qué ha sido de él, me parece una fórmula muy cruel. Un ser humano, con una capucha en la cabeza ¿Qué vida es esa? por amor a Dios, es espantoso.