Ambos tenían 21 años y desde los 19 iniciaron un atípico romance, él preso y condenado a prisión por 11 años en el penal de Sabaneta y ella llena de vida con ganas de “comerse el mundo”.
A la una de la tarde el idilio de Ángel Eduardo Chacín Pulgar (21) y Zuleica Verónica Montiel Montiel, de la misma edad llegó a su final luego que él tomara un revólver niquelado calibre 38 y le disparar a la mujer que amaba en la cabeza para luego suicidarse de la misma manera.
A la una de la tarde el idilio de Ángel Eduardo Chacín Pulgar (21) y Zuleica Verónica Montiel Montiel, de la misma edad llegó a su final luego que él tomara un revólver niquelado calibre 38 y le disparar a la mujer que amaba en la cabeza para luego suicidarse de la misma manera.
Ángel Eduardo llevaba detenido en esa penitenciaría tres años. El cinco de marzo del 2008 fue arrestado por funcionarios de la antigua policía regional cuando fuera sorprendido con un amigo en un auto robado. Posteriormente un tribunal lo privó de libertad por el delito de robo agravado de vehículo automotor. A los pocos meses lo condenaron a pagar la pena de 11 años.
Un pariente contó que Chacín Pulgar residía en la urbanización Cuatricentenario, diagonal al antiguo comando de patrulleros, antes de ser capturado. Tenía su pareja y tres niños, pero abandono esa relación. Una vez preso conoció a una chica que al pasar de los días embarazó y hoy lleva en sus brazos un bebé de meses. Al igual que con su anterior compañera culminó la relación.
Una prima de este preso comentó en las inmediaciones de la morgue que hace dos años conoció a Zuleica Montiel, quien se convertiría en el amor de su vida. Esta joven de 21 años visitaba un familiar cuando quedó eclipsada al ver a Ángel Eduardo en el área de reeducación.
Relata que tanto él como ella eran muy simpáticos. Ella residía en el barrio Perú de San Francisco pero los allegados y familiares de Chacín dijeron no saber mucho de ella. Lo que si afirmaron es que pronto se convirtió en su mujer y no faltaba un jueves en la visita conyugal dentro de la cárcel.
Versiones surgidas del interior del penal de Sabaneta indican que a los oídos de Ángel Eduardo había llegado el rumor de que Verónica le estaba siendo infiel y que pronto no lo visitaría más.
Esta mañana ella llegó y antes de ver a su pareja al parecer se detuvo a hablar con otro reo en el área de educación. Pero ya la decisión del ladrón de vehículos estaba tomada. Cuando Verónica llegó a donde este se encontraba, inmediatamente sacó el revólver y le disparó dos veces en la cabeza, seguidamente, se dio un balazo en la misma región craneal.
El homicidio suicido ocurrió en medio de la vista e inmediatamente se produjo pánico en ese lugar. Las autoridades penitenciarias creyeron inicialmente que se trataba de una reyerta entre reclusos pero luego obtuvieron la versión del crimen pasional y posterior suicidio.
“Él adoraba a esa mujer y tenía entre sus planes vivir con ella cuando saliera de la cárcel. En estos meses iba a obtener el beneficio de libertad condicional y todo lo que él tenía en mente era esa mujer”, aseguró la prima del fallecido
Funcionarios del CICPC realizaron el levantamiento de los cadáveres y en los actuales momentos los dos cuerpos permanecen en la morgue forense.
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