Vecinos de la cárcel de Maracaibo encontraron cartuchos percutidos. Piden la mudanza del penal. Las balas perdidas han dejado 16 heridos y un muerto en lo que va de año. Los proyectiles llegan hasta el barrio Bolívar y Altos de la Vanega. Critican la falta de información
“Nosotros tenemos miedo. Hay personas que tienen niños. Esto es horrible, cómo es posible que un pram salga de la cárcel a rumbear. Fue espantoso lo que vivimos el miércoles, porque no teníamos información de nada. Lo terrible es que todos los años dicen que van a cambiar la cárcel y más bien todos los años vemos cómo meten material de construcción allí adentro". Está indignada. Carmen López sufre como los familiares, como los presos, y solo es vecina de la cárcel de Sabaneta.
Las balaceras en la penitenciaría han dejado al menos 16 heridos y una niña muerta entre sus vecinos. Las autoridades son escépticas y aseguran que nadie sabe de dónde provienen las balas perdidas que lastiman a quienes viven cerca, pero los pobladores de San Pedro, Libertad, Kennedi, José Gregorio Hernández, Lago Azul y otros aseguran que todos los proyectiles salen de las armas de los reclusos.
"A principio de julio de este año se presentó una balacera similar, en la que todos los colegios que están cercanos a la cárcel tuvieron que ser desalojados de emergencia. Eso no puede ser. El miércoles no sabíamos si tanta balacera era porque se habían escapado presos o porque estaban los helicópteros sobrevolando el sector. Los familiares de los detenidos se venían a refugiar en la cuadra de nosotras. Hace años se incendió la cárcel y eso fue espantoso, la angustia que vivimos, porque uno no sabe lo que pueda pasar estando tan cerca. Las detonaciones fuertes que escuchamos el miércoles suponemos que eran granadas", explicó la mujer.
Los vecinos de los barrios cercanos critican la falta de información. Pese a que la estructura de la cárcel tiene más de 50 años y muchos de los vecinos llegaron después de su fundación, barrios como San Pedro tienen más tiempo y sus residentes aseguran tener el derecho de pedir su cambio.
El centro de procesadas y procesados que se construye en el municipio San Francisco va a paso lento. Y, sin embargo, no es una opción, porque esa estructura no sustituirá a Sabaneta, según las declaraciones en el mes de julio de Iris Varela, ministra de Servicios Penitenciarios.
"Los rumores que nos han llegado es que no hay un solo muerto. Hay muchos, muchos. Porque al principio estaban encerrados y decían que tenían familiares allí adentro, que habían entrado el día anterior. Nosotros no le importamos al Estado. A ellos lo que les importa son los negocios que tienen los presos allí adentro".
Palabras
“Yo casi ya ni escucho por mi vejez, pero las balas pasan por encima de mí. Esto es un peligro. Eso es horrible cuando se escuchan los disparos. Llevo 53 años viviendo en zozobra. El miércoles, a las 3.00 de la tarde, no estaba en mi casa y por el tiroteo nadie nos quería traer, por el bendito problema de la cárcel”. María Suárez (83) Ama de casa. Residente del barrio Libertad de la parroquia Manuel Dagnino.
“Yo tengo 40 años viviendo aquí. Mis hermanas me han dicho que me vaya, pero no quiero porque esta es mi casa. Unas 10 balas levanté del frente, en la mañanita, pero las boté". Léxida de Ballesteros (65) Ama de casa. Residente del barrio Libertad de la parroquia Manuel Dagnino.
“Un proyectil quedó incrustado en el techo de mi camioneta. Aquí uno siempre tiene que estar cubriéndose bajo techos de concreto. Además de estarse cohibiendo de salir porque si no te atracan. Aquí en el frente de mi casa se han llevado dos carros. Infinidad de plomos he recogido, solo que yo las boto”. Eligio Palencia (65) expolicía regional. Residente del barrio San Pedro.
Familiares reos
“Desde ayer no he sabido nada. Dicen que están allí vivos. Estoy angustiada, mi hijo estaba entre la masacre que hubo el miércoles. El muchacho entró allí por tráfico de drogas. Le dieron una sentencia de cinco años por ese delito y lleva dos apenas y en el área de Máxima. Al parecer nos van a dejar ingresar a la cárcel, para que hablemos con nuestros familiares. Si no está allí lo tendré que buscar en la morgue”. Maricela Acosta (50) Madre del recluso.
“Yo vivo por aquí cerca y tengo a mi hermano aquí en Sabaneta, en el área de Máxima. No sé qué pudo haber pasado con él. Tengo miedo de que me digan que lo mataron. Las autoridades no han hecho un conteo de los muertos ni de los heridos. Jeremy Ferrer, hermana de un reo.
“No sé cómo está mi hijo. Allí dicen que hubo nueve muertos, pero yo creo que hay muchos más, porque la balacera no fue normal. A los de Máxima los pasaron a penal. Un mes tiene mi muchacho allí adentro, en el área de Máxima por robar a una enfermera". Zuleima Ferrer (49), madre de un privado de libertad.
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