Decenas de familiares de los 359 reos que murieron el martes en el incendio del penal de Comayagua, centro de Honduras, ingresaron hoy violentamente a la morgue de la capital, para exigir la entrega de los cuerpos calcinados.
Los parientes mostraron así su desesperación por la lenta identificación y entrega de los cadáveres, pues de los 355 reos que fallecieron en el incendio, y otros cuatro posteriormente en el Hospital Escuela, sólo han sido entregados 27 hasta hoy, según el Ministerio Público.
El Ministerio Público informó que los forenses han realizado autopsias a 210 cuerpos y que para la identificación en muchos casos se debe recurrir a pruebas de ADN porque el análisis de huellas dactilares es insuficiente.
Los familiares rompieron el cerco establecido por las autoridades alrededor de la morgue y reaccionaron molestos porque los cuerpos estaban tirados en el piso.
Funcionarios del Ministerio Público manifestaron que los cuerpos no permanecen en el piso fuera de los contenedores, sino que eran trasladados a la Facultad de Medicina para registrar las huellas dactilares.
“Queremos que nos entreguen los cuerpos de nuestros familiares, ya no soportamos estar aquí y que las autoridades nos sigan engañando”, dijo uno de los parientes, y un hombre que esperaba recibir el cuerpo de su hijo fallecido expresó: “no nos movemos de aquí hasta que nos entreguen a nuestros familiares”.
Algunas personas se desmayaron y otras lloraban y gritaban al presenciar los cuerpos calcinados en descomposición, pero la policía logró calmar a los dolientes y sacarlos.
El trabajo de identificación de los cadáveres está a cargo de 17 hondureños, 15 chilenos, 7 salvadoreños, 6 mexicanos y 4 peruanos.
Las causas del incendio del penal de Comayagua, que albergaba a 852 reclusos hacinados, están siendo investigadas por expertos de Estados Unidos miembros del Equipo de Respuesta Internacional del Buró de Bebidas Alcohólicas, Tabaco y Armas de Fuego (ATF IRT), y se espera que esta semana den un informe
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