Naciones Unidas ha pedido una investigación independiente sobre el incendio que dejó cientos de muertos en una cárcel en Honduras. Denuncia las malas condiciones y el hacinamiento de las cárceles de la región
Quienes sobrevivieron al incendio que costó la vida a más de 350 presos en el penal de Comayagua el martes por la noche acusaron a los guardias de dejar a los prisioneros morir dentro de sus celdas y disparar contra otros que intentaban escapar de las llamas.
La oficina de derechos humanos de la ONU "apoya plenamente el establecimiento de una amplia investigación independiente sobre el incendio y sobre si las condiciones en la prisión contribuyeron a la enorme pérdida de vidas", dijo Rupert Colville, vocero de la alta comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Navi Pillay, en un encuentro con la prensa.
Colville señaló que la prisión estaba diseñada para albergar a 250 detenidos, pero que en el momento del siniestro había en ella más de 800.
Asimismo pidió a las autoridades hondureñas que proporcionen información a las familias de las víctimas "sin dilación".
Ésta es la tercera prisión que arde en Honduras con un elevado número de víctimas en la última década, incluidos los 107 reos que fallecieron en una cárcel en San Pedro Sula en el 2004, recordó el funcionario.
"Ola de violencia"
Pero los problemas se extienden a toda la región, donde a menudo las cárceles albergan entre un 30% y un 100% de prisioneros más del número para el que fueron construidas. Los organismos de derechos humanos de la ONU e investigadores han criticado repetidamente las condiciones en los penales.
Colville sostuvo que "una oleada de violencia" en cárceles de Latinoamérica había causado muertes recientemente en países como Uruguay, Argentina, Venezuela y Chile.
Como ejemplo indicó que cinco presos jóvenes perdieron la vida y que muchos otros quedaron heridos durante un incendio en un centro de detención juvenil en Panamá el año pasado.
"Estos hechos reflejan un patrón alarmante de violencia carcelaria en la región, que es consecuencia directa o que se ha visto agravada por una serie de problemas endémicos como hacinamiento crónico de las prisiones, carencia de acceso a servicios básicoscomo espacio adecuado, agua potable, alimentos, cuidados sanitarios e higiénicos básicos", sentenció Colville.
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