"Leche" es "vaquita", "mujer" es "agua dulce" y "plateada" es "cucharilla". Estos códigos lingüísticos paralelos forman parte de la experiencia vivida en cinco recintos penitenciarios por la fotógrafa Violette Bule (1980). En una residencia de cinco días en cada cárcel, esta artista logró que al menos 150 presidiarios fueran junto a ella De la "lleca" al "cohue" . Es decir, "de la calle al hueco".
Después de dos años trabajando en estos talleres lo describe como su "proyecto más preciado", a pesar de todos los sucesos y experiencias derivadas de internarse en estos penales, que en su mayoría han presentado hechos de violencia.
"Los internos cuidan mucho a la gente que va a darles algo. En una ocasión me avisaron con tiempo que tenía que salir porque se iba a prender un rollo. Pero igual esos riesgos uno los vive en la calle. Pero yo tengo un compromiso social y esa es mi manera de abordarlo", destaca la artista que compartió sus conocimientos con los reclusos de El Rodeo, el Internado de Tocuyito, el Centro Penitenciario de Los Andes (Mérida), Santa Ana (Táchira), y el Instituto Nacional de Orientación Femenina (INOF).
En sus clases utiliza cámaras desechables para enseñarles la composición de la imagen y el estudio de la luz. "Están comprometidos con esto porque lo principal es combatir el ocio y aprender", indica Bule.
De la "lleca" al "cohue" concursó con varios proyectos curatoriales en el Tokio Wonder Site, un centro de arte contemporáneo adscrito a la Fundación Metropolitana de Historia y Cultura de la capital de Japón. La exposición, bajo la comisaría de Helena Acosta, quedó seleccionada para ser exhibida desde este sábado hasta el 14 de enero del 2013 en dicha institución.
72 FOTOS CARCELARIAS
Como el título de esta exposición se decanta del dialecto que usan los privados de libertad, dentro de la muestra hay un diccionario. Allí la artista refleja cómo las palabras del castellano son transformadas para poderlas pronunciar dentro de la cárcel. Los presos le decían el significado de cada término y ella los transcribió.
Como el título de esta exposición se decanta del dialecto que usan los privados de libertad, dentro de la muestra hay un diccionario. Allí la artista refleja cómo las palabras del castellano son transformadas para poderlas pronunciar dentro de la cárcel. Los presos le decían el significado de cada término y ella los transcribió.
La serie se completa con 72 fotografías a color (formato de 10 cm x 15 cm) realizadas por los privados de libertad, más otras 15 imágenes en blanco y negro (de 60 cm x 40 cm) capturadas por su profesora. Además, se anexó un video documental de 4 minutos sobre el proceso de educación que explica cómo se lleva a cabo esa "liberación expresiva que los hace salir del hueco donde están", apunta Acosta.
"Más allá de generar una denuncia quiero dignificar la condición humana", señala la retratista que dará este fin de semana junto a la curadora una conferencia en el Centro de Cervantes de Tokio. De la "lleca" al "cohue" se instalará en marzo de 2013 en el Museo de Arte Contemporáneo de Caracas.
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