El periodista José Vicente Rangel celebró este domingo que -afortunadamente- se haya acabado parte de la pesadilla en el Centro Penitenciario La Planta, problema que heredó el Gobierno Bolivariano de las distintas administraciones de la IV República, que a su juicio, se había convertido en la punta de lanza de la oposición.
La decisión del Gobierno Nacional en desocupar el Centro Penitenciario La Planta, en el Paraíso (Caracas), “fue una reacción ejemplar”, destacó el comunicador, durante el programa José Vicente Hoy, que transmite el canal privado Televen.
Señaló que La Planta “se había convertido en el juego de la serpiente” de la derecha venezolana y de medios de comunicación privados que apostaban a la desestabilización y a la masacre dentro de los penales, como prácticas que fueron aplicadas en la Venezuela puntofijista, así como en Estados Unidos y México, entre otros países.
Acotó que a pesar de haberse logrado la desocupación del centro penitenciario, aún quedan muchos asuntos pendientes por resolver, entre los que mencionó la seguridad en los recintos carcelarios del país, que en su opinión “no funciona”.
“Solo la corrupción imperante en esos recintos explica que los privados de libertad dispongan de todo tipo de armas, drogas, y medios para comunicarse, y que sean el verdadero poder allí”, apuntó. Al considerar que esta situación compromete a los organismos encargados de velar por el orden e impedir estas irregularidades dentro de los penales del país.
En ese sentido, expresó: “Sí el desenlace de los sucesos en la planta significa que se acabó con lo que es el poder de los pranes, que se ha consolidado en las prisiones y que se han atacado los factores que lo alimentan se podrá hablar de una victoria en la lucha contra el delito”.
Por último, el comunicador recordó que el 27 de noviembre de 1992, fueron masacrados un centenar de privados de libertad en el Reten de Catia, mientras que en el proceso que encabeza el presidente Hugo Chávez se logró reivindicar la autoridad del Estado de manera responsable y privó el respeto a los derechos humanos de los reclusos.
“Ese es un logro del Gobierno Bolivariano y un acierto de la ministra Iris Varela, satanizada al máximo, quien ha demostrado coraje y sensibilidad al adoptar un comportamiento consistente en dar la cara, en no eludir del peligro que a lo largo de nuestra historia nunca se había visto en ministros de justicia de nuestro país”, concluyó.
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