La comisión presidencial dedicada a esta tarea anunció, la semana pasada, el comienzo del marcaje de las municiones; prepara también el de las pistolas y revólveres
“El desarme ya empezó”. Quien lo garantiza es Pablo Fernández Blanco, secretario técnico de la Comisión Presidencial para el Control de Armas, Municiones y Desarme, instancia que celebró su primer año de labores.
“A veces la gente dice ‘¿cuándo va a llegar el desarme?, y resulta que el desarme ya está activo”, señala Fernández, en entrevista con el Correo del Orinoco. Muestra de ello es la incautación diaria de armas de fuego, y la destrucción del año pasado: 130.145 unidades. “Sí se está desarmando. No es discurso, no es propaganda”, enfatizó.
-¿Hay tantas armas como la gente piensa?
-Te puedo decir que no hay en Venezuela más de 1 millón de armas en total. El mercado legal de armas que ha ingresado a Venezuela desde 1980 no superaría las 560 mil pistolas y revólveres. Y el número de armas en el mercado ilegal nunca será superior al legal.
-¿Hay un mito?
-Hay un mito de que supuestamente son millones de armas, y no es así. Cada uno de estos opinadores de oficio habla sin tener una base científica. También hemos hecho un estudio que nos permite identificar la ruta histórica de ingreso desde los años 70: qué países vendieron pistolas y revólveres a Venezuela legalmente.
-¿Qué países vendían armas a Venezuela?
-Estados Unidos fue uno de los principales proveedores de armas hasta la década de los años 90. Luego, entraron con fuerza Italia, Austria, Brasil, Argentina y República Checa. Pero el que marcó la pauta histórica fue Estados Unidos. Tenemos identificados los países que comercializaron en el pasado y comercializan en el presente, y eso facilita establecer controles. Eso permitirá saber si un arma entró “por los caminos verdes” o por la aduana.
Una huella dactilar
-¿Qué se quiere lograr con el marcaje de las municiones? ¿En qué vamos a sentir la diferencia las venezolanas y los venezolanos?
-En que va a haber más control sobre un elemento fundamental para la criminalidad: las municiones. La munición es el alimento del arma; el componente que permite que el arma funcione. Sin munición, el arma no sirve para nada. Controlar esa variable es muy importante. A partir de los estudios, las investigaciones, las experiencias logradas en la comisión, y también de la recomendación de nuestros asesores internacionales, sabemos que debemos poner el ojo en las municiones. Marcar la munición implica generar un control sobre la usuaria y el usuario.
Fernández aclaró que tendrán “una huella” las municiones de los cuerpos policiales, y también, las de uso de la Universidad Nacional Experimental de la Seguridad (UNES); igualmente, las de las y los deportistas y las empresas de seguridad privada debidamente registradas. Incluso, para la UNES se producirán balas de menor carga, destinadas exclusivamente al entrenamiento.
“Ya la Compañía Anónima Venezolana de Industrias Militares (Cavim) tiene su línea de producción para generar las municiones de la Policía Nacional Bolivariana, que es la más grande del país”, indicó. Posteriormente los 145 cuerpos policiales tendrán sus balas marcadas. El proceso se desarrollará entre 2012 y 2013, con tecnología venezolana desarrollada por Cavim. Paralelamente se adquirirá la tecnología láser que garantizará un sello más rápido y difícil de vulnerar.
-¿Y las municiones que están en el mercado ilegal?
-Hay que seguirlas incautando. Forma parte de la política del desarme compulsivo. Nosotros estamos trabajando con el control del arma y la munición, la generación de conciencia social para el desarme voluntario y el desarme compulsivo, que no es un plan a futuro.
Armas marcadas
La comisión también se prepara para marcar pistolas y revólveres en Venezuela. Evalúa dos opciones: La de la Organización de Estados Americanos ofrece la entrega gratuita de una maquinaria que permite sellar mediante sistema láser; la de Naciones Unidas, que debe ser comprada.
-¿Cuál es la idea de marcar las armas?
-Que haya un mecanismo adicional de control. Todos son mecanismos de control que vayan eliminando la posibilidad de acciones ilegales o indebidas.
-¿En cuánto tiempo puede estar listo el marcaje de las armas?
-Ya tenemos una evaluación que hicieron Cavim y la Dirección General de Armas y Explosivos (DAEX) con la gente que ofreció la maquinaria por parte de la OEA; pero eso está sujeto a una decisión que no es de la comisión.
En 2012 habrá tres actos de destrucción
Como secretario técnico de la Comisión Presidencial para el Control de Armas, Municiones y Desarme, Pablo Fernández Blanco estima que este año se deben realizar, al menos, tres actos de destrucción de armas; el número definitivo dependerá de las incautaciones.
“En lo que sí queremos avanzar es en la descongestión de las salas de evidencia”, manifiesta el experto. Ello requiere “potenciar con mucha fuerza la capacidad operativa de la policía científica en los laboratorios de balística, y hacer una inversión en ellos” para que los procesos sean más rápidos.
“El arma, en sí misma, no dice nada en juicio”, recalca Fernández. Son las experticias de las investigadoras y los investigadores las que hacen “hablar” a esa pistola o ese revólver. “Esas experticias se deben generar con prontitud para que, una vez hechas, el arma sea inutilizada”.
-¿La romperían de una vez?
-El proceso sería: se incauta el arma, el Cicpc hace las experticias por orden del Ministerio Público, las devuelve, el arma es inutilizada por la policía científica y se entrega al DAEX para que llegue a la fase de destrucción en Sidetur.
Min-Servicio Penitenciario avanza en las cárceles
El Ministerio del Poder Popular para el Servicio Penitenciario “está llevando a cabo sus planes para avanzar hacia el desarme en las cárceles, y el lógico que sea así”, explicó Pablo Fernández Blanco.
“Nosotros consideramos que las armas y las municiones que se incautan en los penales deben ser mostradas a la gente”, porque “es un elemento de confiabilidad”.
Es verdad “que hay armas en las cárceles, pero nosotros sacamos esas armas y las destruimos para que más nunca vuelvan a la cárcel, ni a la calle”.
La frase
“El esfuerzo que se ha hecho este año está dando frutos. Las medidas que se han tomado van ‘pegando’ poco a poco y empiezan a generar escozor en quienes viven del mercado ilegal de armas y municiones”
“A veces la gente dice ‘¿cuándo va a llegar el desarme?, y resulta que el desarme ya está activo”, señala Fernández, en entrevista con el Correo del Orinoco. Muestra de ello es la incautación diaria de armas de fuego, y la destrucción del año pasado: 130.145 unidades. “Sí se está desarmando. No es discurso, no es propaganda”, enfatizó.
-¿Hay tantas armas como la gente piensa?
-Te puedo decir que no hay en Venezuela más de 1 millón de armas en total. El mercado legal de armas que ha ingresado a Venezuela desde 1980 no superaría las 560 mil pistolas y revólveres. Y el número de armas en el mercado ilegal nunca será superior al legal.
-¿Hay un mito?
-Hay un mito de que supuestamente son millones de armas, y no es así. Cada uno de estos opinadores de oficio habla sin tener una base científica. También hemos hecho un estudio que nos permite identificar la ruta histórica de ingreso desde los años 70: qué países vendieron pistolas y revólveres a Venezuela legalmente.
-¿Qué países vendían armas a Venezuela?
-Estados Unidos fue uno de los principales proveedores de armas hasta la década de los años 90. Luego, entraron con fuerza Italia, Austria, Brasil, Argentina y República Checa. Pero el que marcó la pauta histórica fue Estados Unidos. Tenemos identificados los países que comercializaron en el pasado y comercializan en el presente, y eso facilita establecer controles. Eso permitirá saber si un arma entró “por los caminos verdes” o por la aduana.
Una huella dactilar
-¿Qué se quiere lograr con el marcaje de las municiones? ¿En qué vamos a sentir la diferencia las venezolanas y los venezolanos?
-En que va a haber más control sobre un elemento fundamental para la criminalidad: las municiones. La munición es el alimento del arma; el componente que permite que el arma funcione. Sin munición, el arma no sirve para nada. Controlar esa variable es muy importante. A partir de los estudios, las investigaciones, las experiencias logradas en la comisión, y también de la recomendación de nuestros asesores internacionales, sabemos que debemos poner el ojo en las municiones. Marcar la munición implica generar un control sobre la usuaria y el usuario.
Fernández aclaró que tendrán “una huella” las municiones de los cuerpos policiales, y también, las de uso de la Universidad Nacional Experimental de la Seguridad (UNES); igualmente, las de las y los deportistas y las empresas de seguridad privada debidamente registradas. Incluso, para la UNES se producirán balas de menor carga, destinadas exclusivamente al entrenamiento.
“Ya la Compañía Anónima Venezolana de Industrias Militares (Cavim) tiene su línea de producción para generar las municiones de la Policía Nacional Bolivariana, que es la más grande del país”, indicó. Posteriormente los 145 cuerpos policiales tendrán sus balas marcadas. El proceso se desarrollará entre 2012 y 2013, con tecnología venezolana desarrollada por Cavim. Paralelamente se adquirirá la tecnología láser que garantizará un sello más rápido y difícil de vulnerar.
-¿Y las municiones que están en el mercado ilegal?
-Hay que seguirlas incautando. Forma parte de la política del desarme compulsivo. Nosotros estamos trabajando con el control del arma y la munición, la generación de conciencia social para el desarme voluntario y el desarme compulsivo, que no es un plan a futuro.
Armas marcadas
La comisión también se prepara para marcar pistolas y revólveres en Venezuela. Evalúa dos opciones: La de la Organización de Estados Americanos ofrece la entrega gratuita de una maquinaria que permite sellar mediante sistema láser; la de Naciones Unidas, que debe ser comprada.
-¿Cuál es la idea de marcar las armas?
-Que haya un mecanismo adicional de control. Todos son mecanismos de control que vayan eliminando la posibilidad de acciones ilegales o indebidas.
-¿En cuánto tiempo puede estar listo el marcaje de las armas?
-Ya tenemos una evaluación que hicieron Cavim y la Dirección General de Armas y Explosivos (DAEX) con la gente que ofreció la maquinaria por parte de la OEA; pero eso está sujeto a una decisión que no es de la comisión.
En 2012 habrá tres actos de destrucción
Como secretario técnico de la Comisión Presidencial para el Control de Armas, Municiones y Desarme, Pablo Fernández Blanco estima que este año se deben realizar, al menos, tres actos de destrucción de armas; el número definitivo dependerá de las incautaciones.
“En lo que sí queremos avanzar es en la descongestión de las salas de evidencia”, manifiesta el experto. Ello requiere “potenciar con mucha fuerza la capacidad operativa de la policía científica en los laboratorios de balística, y hacer una inversión en ellos” para que los procesos sean más rápidos.
“El arma, en sí misma, no dice nada en juicio”, recalca Fernández. Son las experticias de las investigadoras y los investigadores las que hacen “hablar” a esa pistola o ese revólver. “Esas experticias se deben generar con prontitud para que, una vez hechas, el arma sea inutilizada”.
-¿La romperían de una vez?
-El proceso sería: se incauta el arma, el Cicpc hace las experticias por orden del Ministerio Público, las devuelve, el arma es inutilizada por la policía científica y se entrega al DAEX para que llegue a la fase de destrucción en Sidetur.
Min-Servicio Penitenciario avanza en las cárceles
El Ministerio del Poder Popular para el Servicio Penitenciario “está llevando a cabo sus planes para avanzar hacia el desarme en las cárceles, y el lógico que sea así”, explicó Pablo Fernández Blanco.
“Nosotros consideramos que las armas y las municiones que se incautan en los penales deben ser mostradas a la gente”, porque “es un elemento de confiabilidad”.
Es verdad “que hay armas en las cárceles, pero nosotros sacamos esas armas y las destruimos para que más nunca vuelvan a la cárcel, ni a la calle”.
La frase
“El esfuerzo que se ha hecho este año está dando frutos. Las medidas que se han tomado van ‘pegando’ poco a poco y empiezan a generar escozor en quienes viven del mercado ilegal de armas y municiones”
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