En la jornada de este domingo, las allegadas de los trasladados de La Planta, en Caracas, y de los reclusos formaron una sola fila y abarcaron cerca de 300 metros de largo en una de las aceras
Más de 6 mil mujeres visitaron a sus familiares que se encuentran en el Internado Judicial Rodeo I, de Guatire, entre el sábado pasado y ayer, según fuentes extraoficiales.
En la jornada de este domingo, las allegadas de los trasladados de La Planta, en Caracas, y de los reclusos formaron una sola fila y abarcaron cerca de 300 metros de largo en una de las aceras.
Las mujeres se quejaron del calor y la fuerte radiación del sol, porque en la zona no hay techos donde guarecerse. También protestaron por la lentitud con que se realizó el ingreso al penal.
Algunas visitantes que no quisieron dar sus nombres señalaron que para las próximas visitas las autoridades deberían aumentar el número de personas para la revisión de ropa y comida de los presos.
Las señoras comenzaron a llegar a las 5 am y a las 11 am aún no habían ingresado al penal. Llegaron procedentes de Los Teques, Charallave, La Guaira, Petare y varios sectores de Caracas.
Los efectivos de la Guardia Nacional Bolivariana hicieron entrar a grupos de 10 a 20 visitantes. Todas las féminas que estaban ayer en la cola entraron al recinto judicial, mientras salían los grupos que entraron temprano. A las cuatro, comenzó la evacuación final, que finalizó pasadas las 6 pm.
Los comerciantes hacen su agosto con esa actividad.
Alquilan blusas y suéteres con mangas a Bs 20, colchonetas a Bs 10 y resguardan los bolsos, con los cuales no se puede pasar al penal, concepto por el cual cobran de 3 a 5 bolos.
Ana García trasladó a El Rodeo su puesto de alquiler de teléfonos celulares de La Planta, donde lo atendió por 24 años. Dice que heredó el negocio de su mamá.
El sábado, Yusmary Cortés vendió 1.500 empanadas en su establecimiento comercial, cuando en un día de visita normal hace 200.
La gente arrasó con las botellas de agua potable y refrescos. Pero los vendedores aún no habían sacado ayer las cuentas de lo expendido.
Algunos propietarios de locales comerciales alquilaban un espacio para que las mujeres durmieran, pero ninguno quiso ofrecer información sobre el número de colchonetas y el precio que cobran para que puedan pasar la noche en un sitio cerrado con rejas y baño.
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