CÁRCELES | Las aristas de la violencia
En 12 años han muerto 5.066 reos, según Observatorio de Prisiones.
Los reclusos piden atención y mejorar su calidad de vida (F. Sánchez)
No es fácil caminar por una cárcel. Presos que no caben; tumultos de moscas que golpean, pican, envenenan y enferman; hedores que se quedan impregnados en la piel y en la memoria; barcos de excrementos que caen desde el cielo en cualquier momento; pozos de orine por doquier; armas, droga, licor, comida, perros, ratas...
Así se vive, en general, adentro de una cárcel. Para comer, hay que esperar el mercado que pueda llevar la familia; para dormir hay que sortearse el espacio que quede cuando otro recluso mueva su pierna; para socializar hay que saber las palabras que se deben usar; para vivir hay que pagar un alquiler semanal llamado "causa"; y para que los demás respeten, hay que aprender, si es que no se sabe, a matar.
De 1999 a 2011 murieron 5.066 presos y 14.460 resultaron heridos. Así lo especifican las estadísticas del Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP). De acuerdo a esos número, cada año, a excepción de 2008 y 2009, el número de asesinados aumenta gradualmente.
Para Humberto Prado, coordinador del OVP, la violencia en las cárceles responde a "la burocracia y el desconocimiento de las autoridades, lo cual no contribuye a atacar los principales problemas penitenciarios: hacinamiento, retardo procesal, ocio, corrupción y tráfico de armas y de drogas... que además son el detonante de la violencia penitenciaria. No es posible que el gran fracaso del Ministerio de Relaciones de Interior y Justicia, que tuvo 17 directores de prisiones, sea tapado con la creación de un nuevo ministerio (el de Servicios Penitenciarios), que además reúne a personas que no tienen ni idea del tema. La solución está en la descentralización de las cárceles y en colocar personal formado para tratar el tema", añadió el coordinador del OVP.
Prado condena las declaraciones de la ministra de Servicios Penitenciarios, Iris Varela, por asegurar que el problema carcelario no se resuelve con la construcción de nuevas cárceles, sino deshacinando las que ya existen. "Entonces va a trasladar el problema para la calle. Personas que están llenas de odio y que aprendieron a matar, que no educaron y que no enseñaron a trabajar, ahora en la calle", indicó Prado.
Actualmente existen 45.508 privados de libertad, según el OVP y las cárceles que existen solo tienen capacidad para 14.500 presos.
A la lista de problemas hay que sumarle que las soluciones que se plantean para un problema que es multifactorial no son estructurales, "sino paños de agua calientes. Plan Cayapa, Cambote, Dame Chamba y Maíta, están destinados al fracaso, si la infraestructura y la calidad de vida no mejoran".
Así se vive, en general, adentro de una cárcel. Para comer, hay que esperar el mercado que pueda llevar la familia; para dormir hay que sortearse el espacio que quede cuando otro recluso mueva su pierna; para socializar hay que saber las palabras que se deben usar; para vivir hay que pagar un alquiler semanal llamado "causa"; y para que los demás respeten, hay que aprender, si es que no se sabe, a matar.
De 1999 a 2011 murieron 5.066 presos y 14.460 resultaron heridos. Así lo especifican las estadísticas del Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP). De acuerdo a esos número, cada año, a excepción de 2008 y 2009, el número de asesinados aumenta gradualmente.
Para Humberto Prado, coordinador del OVP, la violencia en las cárceles responde a "la burocracia y el desconocimiento de las autoridades, lo cual no contribuye a atacar los principales problemas penitenciarios: hacinamiento, retardo procesal, ocio, corrupción y tráfico de armas y de drogas... que además son el detonante de la violencia penitenciaria. No es posible que el gran fracaso del Ministerio de Relaciones de Interior y Justicia, que tuvo 17 directores de prisiones, sea tapado con la creación de un nuevo ministerio (el de Servicios Penitenciarios), que además reúne a personas que no tienen ni idea del tema. La solución está en la descentralización de las cárceles y en colocar personal formado para tratar el tema", añadió el coordinador del OVP.
Prado condena las declaraciones de la ministra de Servicios Penitenciarios, Iris Varela, por asegurar que el problema carcelario no se resuelve con la construcción de nuevas cárceles, sino deshacinando las que ya existen. "Entonces va a trasladar el problema para la calle. Personas que están llenas de odio y que aprendieron a matar, que no educaron y que no enseñaron a trabajar, ahora en la calle", indicó Prado.
Actualmente existen 45.508 privados de libertad, según el OVP y las cárceles que existen solo tienen capacidad para 14.500 presos.
A la lista de problemas hay que sumarle que las soluciones que se plantean para un problema que es multifactorial no son estructurales, "sino paños de agua calientes. Plan Cayapa, Cambote, Dame Chamba y Maíta, están destinados al fracaso, si la infraestructura y la calidad de vida no mejoran".
miércoles 21 de marzo de 2012
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