Una cárcel de Florida que, pese a ser de adultos también tiene entre su población a menores, fue demandada hoy ante las autoridades federales de EE.UU. por el supuesto maltrato que éstos últimos sufren por parte de los responsables de mantener el orden en la prisión.
"Los menores son brutalmente agredidos por los guardias, que por la más mínima infracción, como por ejemplo, tomarse mucho tiempo para vestirse, los rocían con químicos dañinos", asegura la demanda.
Desde octubre de 2011 en Florida está permitido encerrar a menores de edad en cárceles diseñadas para adultos, siempre que tengan un mínimo de ocho años, algo que ha sido ampliamente criticado por el efecto que puede tener en los jóvenes de cara a su futura rehabilitación.
La denuncia ha sido interpuesta ante el Tribunal Federal de Tampa (Florida) contra las autoridades del condado Polk y contra su alguacil, Grady Judd, por parte del Southern Poverty Law Center (SPLC, en inglés).
Esa organización representa a siete menores de entre quince y diecisiete años que dicen estar sufriendo maltratos por parte de los vigilantes de la prisión, ya que los someten a los mismos castigos que a los adultos internos en la prisión.
Por su parte, el alguacil defendió hoy que la denuncia "desafía las leyes de la lógica" y aseguró en una conferencia de prensa que ni siquiera el grupo demandante: "cree que hagamos ninguna de esas cosas, pero las utilizan como herramientas legales que le permiten proceder con su demanda".
Desde octubre de 2011, 41 menores de edad, entre ellos cinco niñas, han estado encerrados en la cárcel de Polk, lo que según Judd ahorrará a los contribuyentes de Florida alrededor de un millón y medio de dólares anuales.
"Judd ha prometido ahorrar dinero a los contribuyentes mediante la inclusión de menores de edad en la cárcel de adultos, pero no se pueden obtener ahorros en detrimento de los niños", defendió hoy Tania Galloni, abogada del SPLC, en una conferencia de prensa.
La demanda detalla que los menores son frecuentemente sometidos a abusos verbales y físicos, y que la prisión carece de programas de educación adecuados que permitan su rehabilitación de cara a una posible reintegración en la sociedad.
"En vez de cuidar a estos chicos, los alguaciles de la cárcel les ponen motes, los dejan que se involucren en peleas y los encierran en celdas pequeñas", aseguró Lisa Jobe, madre de un joven preso de quince años.
La mujer añadió: "Puedo ver lo difícil que es para mi hijo. Estar en la cárcel para adultos lo está golpeando, y estoy preocupada por cómo eso lo pueda afectar en el futuro".
"Décadas de investigaciones muestran que encerrar a niños en cárceles de adultos da paso a más crímenes" y causa "daños incalculables en los niños", al tiempo que es "un tremendo riesgo para los contribuyentes", por lo que "muchos estados del país han optado por prohibirlo", dijo Galloni.
El pasado octubre, la Unión Americana para las Libertades Civiles (ACLU, en inglés) exigió el cese de Judd, la máxima autoridad de las fuerzas del orden en ese condado, por encerrar a niños en cárceles para adultos.
"Son menores de edad a los que aún no han sido condenados. Aunque los chicos no estén mezclados directamente con los adultos, el personal de esta cárcel no está preparado para lidiar con las necesidades de los menores de edad", defendió entonces la abogada de la ACLU, Julie Ebenstein.
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