Hoy no vengo a explicar la realidad de nuestras cárceles, las cuales muchos llamamos “LA UNIVERSIDAD DEL DELITO”, sino mas bien quiero colocar sobre la mesa del debate una propuesta, la privatización de las cárceles.
No quiero exponer cifras aquí, porque de primera mano no hay cifras oficiales, y no creo conveniente dar como certeras cifras de organizaciones independientes que desconozco su origen y no me voy a prestar para hacerle el juego a nada ni a nadie, yo solo me le debo a la gente.
Para nadie es un secreto la cantidad de problemas que hay en los centros penitenciarios, es otro mundo, que amerita no un artículo, sino una serie de escritos para explicar lo que allí sucede, que de todas formas es de hecho notorio para todo el colectivo.
Siempre he reflexionado sobre este tema, de nada sirve que un oficial policial detenga un hampón, vaya preso, pague una condena, y de ladrón se gradúe de asesino y salga a matar. En las cárceles se supone que se educa a los reos para la reinserción a la sociedad, se educan, trabajan, algunos de ellos logran hacerlo, pero es casi un milagro de Dios, en medio de un pantano en donde si no te unes tus días están contados.
¿Cuál es la solución? Caemos en el tema de la corrupción, es prácticamente un problema cultural, de nada sirve construir nuevos centros penitenciarios, si igualmente la gente que lo administra y los que prestan seguridad va a permitir que allí ocurra de todo.
Hablar de privatización no puede asustar, ni alarmar, incluso hay países de Europa y ciudades de EEUU que han implementado un sistema mixto y ha resultado beneficioso, para el sistema, para los reos.
Lo voy a resumir de la siguiente manera: un consorcio privado tiene la responsabilidad de construir una nueva cárcel, moderna y con toda una serie de oportunidades que logren convertir al reo en un verdadero ciudadano al salir de allí, el estado transfiere los reos a esa nueva cárcel, administrada por el consorcio privado, ellos tienen la responsabilidad del mantenimiento del centro penitenciario y de la seguridad del mismo, con seguridad privada, gente entrenada y capacitada para tal fin, con el apoyo cuando sea necesario de los cuerpos de seguridad del estado, el gobierno tiene el deber de cancelar un pago por cada reo, por su estadía en la cárcel, a su vez, el consorcio debe velar por su seguridad, por su calidad en la estadía, calidad no significa tener beneficios vip a punta de dinero, NO, sino tener una educación digna, alimentación, deporte, cultura, recreación, empleo, toda una serie de posibilidades que transformen al reo en una nueva persona.
Allí no hay excusas, el empresario debe asegurar el buen funcionamiento, está en juego su inversión, por lo tanto tengo la seguridad de que lo hará bien, no permitirá el desorden, ni corrupción, porque con solo conocer un caso de la misma, despediría a las personas encargadas, como tiene que ser. Nosotros no podemos premiar la corrupción ni la ineficiencia, porque si no seremos mediocres en todo lo que hacemos. El tema sindical tampoco puede ser excusa o chantaje, porque genera como consecuencia un retraso.
Espero que este articulo abra el debate, que no sea visto como algo venenoso, ni anti social, al contrario, pregúntenle a un reo si es feliz en una cárcel, sobre todo al reo que no tiene dinero.
Acabemos con ese infierno realizando políticas contundentes, sin miedo, el estado promotor y vigilante de que las cosas funcionen bien, de la mano de la empresa privada que asegure el desarrollo en cada área, sin excusas en el fallo, porque ahí sí, la mano dura del estado para enderezar el camino.
Vicente Alaimo
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